martes, 29 de mayo de 2012

EL ARBOL.

El frondoso follaje del fresno que se alzaba en la calle, lo observaba diariamente desde el cómodo sillón en su casa, cuando el fresco viento de la tarde mecía suavemente sus ramas.

Eran tan tupidas sus verdes hojas, que sus vibraciones infinitas parecían un gran calidoscopio ante su mirada fija, que cada vez le costaba mas trabajo sustraerse de verlas por varias horas, como hipnotizado.

Ese día llevaba ya buen rato viendo el árbol. De repente notó que una figura del color de las hojas se movía entre el follaje; concentró su mirada y vio a una especie de duende del color de las hojas que hacía acrobacias y se reía con el, luego desapareció.

Al siguiente día, incluso lo buscó, ahí estaba. Se dio cuenta que le hacía señas para que fuera con el, se levantó del sillón y de un salto penetró entre las hojas… Y brincó con el duende imitando sin dificultad sus maromas acrobáticas.

No supo cuanto tiempo pasó hasta que regresó a su sillón. No lo comentó para nada con su familia. Al siguiente día igual y los días subsiguientes… El duende se convertío en su mejor amigo… A veces veía al duende sentado en su sillón, y el desde el follaje brincaba y saltaba obteniendo su aprobación que hasta le aplaudía.

Cada vez le costaba más regresar del árbol a su sillón, perdía la noción del tiempo… Hasta que se quedó por completo entre las hojas sin encontrar la salida. El duendecillo desapareció y el no podía regresar; vio que lo buscaban por toda la casa sin encontrarlo… El les gritaba angustiado que estaba en el árbol entre el follaje, pero no lo escuchaban.

Lo levantaron del sillón con la mirada perdida en el árbol y hablando incoherencias. Lo internaron en un hospital; allí les informó un medico a sus familiares… ¡Siento decírselos pero, por su adicción a las drogas se fugó de la realidad de manera irreversible!... ¡A perdido la razón!...

LA GRAN BATALLA

El centinela dio la alarma ante lo que observó atónito. La temida invasión había comenzado.

Enormes y gruesas columnas de enemigos, en perfecta formación militar se acercaban…

Entonces, con gran rapidez y orden, también miles y miles de defensores de la población se aprestaban a entrar en combate, en una lucha que seguramente será encarnizada.

Algunos vuelos de reconocimiento regresaban con información cuantitativa de las fuerzas del invasor; no eran muy buenas noticias, el ejercito enemigo es inmenso… Pero no les sería fácil entrar y apoderarse de las riquezas que buscan. Cada vez más, miles y miles de efectivos del ejército de resistencia, se concentraban a la entrada de la fortaleza perfectamente sincronizados.

Cientos de Guerreros especiales de elite rodearon a la reina para protegerla.

Las avanzadas invasoras se detuvieron muy cerca de la entrada, para esperar el grueso del poderoso contingente atacante; en cuestión de minutos se manifestaron en toda su magnitud y poder… Ahora estaban frente a frente; cada ejército con su táctica de ataque y defensa escrupulosamente delineados, esperando solo la orden de sus altos mandos.

Las líneas delanteras se miraban mutuamente como calculando sus posibilidades, aquellos enemigos ancestrales. De repente las dos poderosas fuerzas se abalanzaron unos contra otros trenzándose en mortal combate. Las bajas por ambos bandos rápidamente fueron enormes; miles y miles de combatientes sucumbían los cuales eran remplazados rápidamente por otros miles y miles.

Después de una hora de feroz combate y el campo de batalla sembrado de cadáveres. Lo que parecía imposible para los defensores se empezaba a vislumbrar. Ante la férrea resistencia los comenzaron a rechazar… Hasta que las grandes formaciones de atacantes empezaron a retroceder y finalmente huyeron en desbandada. Los soldados corneta zumbaron vigorosamente anunciando la victoria.

Por esta vez las abejas de la colmena habían triunfado sobre las belicosas hormigas soldado, conocidas también como “Tarascas” en Jalisco y Michoacán; a estas les gusta mucho la miel. La colmena tendrá que reparar lo dañado y reponer con jóvenes larvas lo antes posible las miles de obreras muertas, y prepararse para otro futuro ataque de las “Tarascas” que no siempre las pueden rechazar. Frecuentemente aniquilan colmenas enteras apoderándose de la miel, en estas feroces y mortales batallas entre enemigos naturales desde hace millones de años.

TREN FANTASMA.

El entusiasta viajero, un muchacho que le gustaba llegar a las playas de Colima al amanecer. Como en otras ocasiones, esperaba el tren pasajero de la madrugada en la vieja estación de Tuxpan, Jalisco.

Esta vez iba solo, sus habituales amigos no pudieron o no quisieron acompañarlo. Todo estaba escueto pues, en ese servicio nocturno Guadalajara, Manzanillo, ni siquiera abrían la taquilla; lo pocos pasajeros que a veces abordaban el tren pagaban su boleto una vez arriba.

Vio la hora un poco inquieto por lo tétrico del lugar, en que solo se escuchaban en los árboles algunas lechuzas, la una y media de la madrugada; faltaba mas de media hora, por lo general pasa a las dos y quince de la oscura noche, pensó.

Acababa de hacer esa reflexión, cuando oyó a lo lejos el melancólico silbato del ferrocarril que se acercaba…

¡Vaya que extraño pita ese tren!... ¡Además viene adelantado!... ¡Que raro!...

Observó el fanal de la luz de la máquina que se aproximaba rápidamente… Y cuando estuvo muy cerca no daba crédito a sus ojos… El ferrocarril era totalmente anticuado, como del siglo diecinueve.
Iluminados los vagones interiormente, no lo podía creer… Los pasajeros, hombres y mujeres vestían muy elegantes; parecían aristócratas, pero sus finas ropas eran de antaño…Quedó anonadado cuando frente a el, a través del cristal… estaba ni más ni menos que don Porfirio Díaz… sí, no había duda; era el que fue presidente de México cuando estalló la revolución de 1910. Otro vagón iba lleno de oficiales y soldados federales.

Desconcertado, pero concluyendo que tal vez eran actores de alguna compañía teatral caracterizados con esas ropas, decidió abordarlo cuando ya empezaba lentamente su marcha después de parar cinco minutos. Entonces con resolución brincó al escalón de ascenso de un vagón con poca gente pero… Se fue de bruces quedando sobre los durmientes boca arriba, viendo estupefacto como el tren pasaba sobre el pero transparente… no era materia, era un espejismo, un fantasma… O quizá en otra dimensión era un hecho real y actualizado. Vino a su mente la teoría de Einstein y la relatividad del tiempo que en algunas circunstancias se puede manifestar, estando en el lugar y en la hora adecuada.

Recordó entonces lo que había escuchado de los ancianos. Que esa era una ruta frecuente del general Porfirio Díaz, Guadalajara, Colima… Ya se alejaba el tren fantasma con su pitar melancólico y extraño, muy extraño.

“LO CONFUNDIO CON UN ENANO EBRIO” (Ovnis en Tuxpan)

Por el espacio de los colosos de Colima, que en realidad están en Jalisco, son muy frecuente los avistamientos de Ovnis. Hasta se habla de una base en alguno de los dos volcanes… “El de fuego” y “El Nevado”. Por ejemplo, en la década de los sesentas, un ovalo luminoso se observó por l5 minutos aproximadamente por arriba del cerro “Cihuapill”, al poniente de la Ciudad de Tuxpan Jalisco, tiempo suficiente para que se tomara una foto que le dio la vuelta al mundo en la T.V.
Esto fue como a las seis de la tarde.

En otra ocasión, dos amigos regresaban a dicha población un domingo por la madrugada, venían de la Cd. de Tamazula; doblaron un entronque, seguía una recta con cañaverales a los lados... La observaron en silencio al empezar a adentrarse a la solitaria carretera, uno de ellos vio la hora, las l2.l5 A.M… De pronto, se iluminó el interior del automóvil con una gama de luces multicolores tan intensas, que el que manejaba disminuyó la velocidad para no sufrir un accidente. El radio dejó de trasmitir oyéndose solamente un zumbido; buscando desesperadamente de donde provenía aquello, el de la derecha sacó la cabeza y volteo hacia arriba quedando estupefacto, una nave ovalada encima de ellos, era la que les proyectaba aquella luz. El conductor entonces también la vio; instintivamente aceleró, el extraño artefacto dejó entonces de enviarles aquellas luces directamente, en un claro mensaje de que no querían causarles daño, desviando los potentísimos haces hacia los cañaverales, o metros mas adelante sobre la carretera.

Con el pánico reflejado en sus rostros, el conductor aumentaba la velocidad más y más. El ovni, que no producía el menor ruido se mantuvo así unos segundos, para enseguida dispararse a una increíble velocidad en dirección a los volcanes, distantes quizá a unos treinta kilómetros al suroeste; inmediatamente el radio volvió a funcionar; sin bajar la velocidad tardaron quince minutos mas en llegar a la población... No podían creer lo que habían vivido.

Estos antecedentes pueden relacionarse muy bien con lo siguiente: La humilde muchacha, diariamente efectuaba aquel recorrido de su casa a la tienda de abarrotes donde trabajaba, esto era muy temprano, como a las cinco de la mañana, mucho antes de que amaneciera.

Un buen tramo lo caminaba por un lugar solitario en las afueras de la población, pues era el camino mas corto desde su casa que estaba en la periferia; utilizaba una linterna, y se desplazaba con cierta tranquilidad pues ya estaba acostumbrada. Como a la mitad del trayecto, había un pozo de agua potable de donde se bombeaba el preciado liquido para la población; A un lado, abruptamente, iniciaba una profunda y estrecha barranquilla con árboles en el fondo, que incluso sus frondosas copas se podían ver casi al ras del camino, débilmente iluminadas las ramas mas cercanas por los dos focos exteriores de la caseta.

Esa madrugada era una de tantas, Chepina apresuraba el paso pues estaba un poco retardada; su linterna en esta ocasión taladraba con dificultad la gruesa neblina que flotaba esa mañana; distinguió a la distancia las luces del pequeño edificio de la bomba, pero al acercarse vio entre la niebla y moviéndose en dirección a ella, lo que le pareció un enano ebrio por su forma de caminar, en zigzag. Sumamente extrañada y armándose de valor continuó caminando.

El cielo estaba encapotado; cuanto mas se acercaba aquella extraña figura, Chepina se intrigaba e inquietaba gradualmente. Al estar aquello a diez metros se empezó a asustar, lo que suponía un enano ebrio como la única explicación que le encontraba, ya no lo pensó así, entre la densidad de la bruma distinguió claramente un ser de pequeño y delgado cuerpo con una enorme cabeza, la cual movía hacia los lados como para balancearse.

Unos pasos mas y quedaron frente a frente... Entonces la muchacha profirió un grito y después otros mas grandes que ya fueron alaridos, aquello no era de este mundo, como después lo platicó; la enorme cabeza de aquel ser, su color, lo distinguió perfectamente a la luz de su linterna y de los focos de la caseta; era completamente negro, pero de un negro esmaltado, como metálico, con pequeños orificios, tal vez, ojos, nariz, boca; sus brazos, tan enormes que parecían tentáculos.
Y por supuesto, desproporcionados al tamaño de su cuerpecillo; lo que parecía ser su parte del pecho y sus pies, eran de color plateado grisáceo. Lo curioso fue que con los gritos de la chica, aquel ser también se asustó y claramente vio Chepina, cuando se impulsó en lo más parecido a un clavado hacía la profunda barranquilla, como volando, desapareciendo en la negrura de esta.

Todavía gritando regreso a su cercana casa corriendo, toda la familia y los vecinos salieron alarmados; casi a punto de desfallecer de pánico, la sostuvieron para que no cayera, la acostaron; al cuestionarla sobre __¿Qué te sucedió? ... ¿Qué te pasó? ... ¿Qué viste?___ la pobre muchacha solo contestaba ___ ¡Vi al Diablo! ... ¡Vi al diablo!___

Tacho, el velador del pozo de agua escuchó aquellos desgarradores gritos; estaba seguro que se trataba de Chepina, la joven que diariamente pasaba antes del amanecer camino a su trabajo, y que lo saludaba amablemente. Tomó su revolver y salió apresuradamente, la neblina tan intensa, apenas le permitía ver a escasos metros; con su linterna vio otra linterna en el suelo… La que gritó la soltó encendida seguramente muy asustada.

De pronto a su derecha... En la profunda y angosta barranquila, una intensísima luz iluminó los árboles; no salía de su asombro cuando un objeto ovalado que destellaba luces multicolores, lentamente y en silencio emergió hasta la copa de los árboles, para enseguida dispararse a increíble velocidad rumbo a los volcanes.

El velador boquiabierto solo pudo exclamar ___ ¡Ave Maria Purísima! ... ¡Ahí van los Marcianos!___

F I N